LOS ÚLTIMOS GALLEGOS DE RUSIA

Una aventura que acabó en el infierno



Seis mil gallegos combatieron en el ejército de Hitler en la Segunda Guerra Mundial. Con la División Azul, vivieron una dramática campaña en el frente del Este ante la Unión Soviética. Los últimos voluntarios cuentan su historia de olvidados tras sufrir una masacre

«Recuerdo el frío, había 50 grados bajo cero; a veces, al ir a dar un relevo a la garita, te encontrabas al compañero tieso, enteramente congelado». Habla Ramón Chousa, coruñés, durante años acomodador del cine Equitativa, un personaje popular en Riazor, donde tocaba su corneta en los partidos del Deportivo. Pero el entrañable Chousa tiene una historia que no olvida: la que vivió con solo 15 años, luchando en la Segunda Guerra Mundial, bajo uniforme de la Wehrmacht, en el frente ruso. Él fue uno de los casi 6.000 gallegos que se alistaron en la División Azul, la fuerza expedicionaria que Franco entregó a Hitler como compensación por su ayuda en la Guerra Civil.

Apenas quedan supervivientes, siete décadas después. Pero los últimos testigos no olvidan lo que vivieron. «Aquello fue terrible, las pasamos negras en la campaña de Rusia y murieron miles de compañeros, pero nunca nos hicieron ni caso, ni antes ni ahora; es un tema del que no se puede hablar», afirma Chousa, hoy con 86 años.

El olvido es el precio de la Guerra Civil y de 40 años de dictadura. Temas como este han sido ignorados: primero por Franco, deseoso de ocultar su apoyo a Hitler; luego, en democracia, por su vinculación al franquismo. Pero la División Azul tiene una historia terrible, que cuentan sus protagonistas.

Todo comenzó en junio de 1941, cuando se abrió el alistamiento de voluntarios para sumarse al Ejército alemán «en la lucha contra el comunismo». El éxito del llamamiento fue absoluto. «En A Coruña se cerró la lista en solo tres días, ante la avalancha de peticiones -afirma el historiador Xosé Carlos Abad, estudioso de la posguerra-, y en Vigo se presentaron 1.500 personas, en sucesivas oleadas».

El perfil del divisionario era diverso. Estaban los convencidos, «que creían que se iban a comer el mundo -valolra Abad-: eran las juventudes de Falange, que se sentían victoriosas y se veían conquistando Moscú en dos días». Estaban, también, antiguos republicanos, que buscaban «lavar su expediente», alistándose en la División Azul. Y, sobre todas las demás, había una motivación poderosa: el hambre. «Yo entonces creía en todo aquello -reconoce Chousa-, aunque mis ideas siempre fueron portarme bien con la gente. Pero lo que me movió de verdad fue la miseria. Pasábamos mucha necesidad. Y el Gobierno alemán pagaba religiosamente. Cada mes iba mi madre a cobrar al Gobierno Militar y nunca se retrasaron ni un día».

Otro divisionario, el vigués Pedro Portela, fallecido en el 2007, decía en entrevista un año antes: «Yo fui por convicción, por ideas; por supuesto, no me arrepiento y creo que cumplí con mi deber». Cada cual con sus motivaciones, este ejército diverso, que llegó a sumar 46.000 voluntarios, salió rumbo a Alemania el 13 de julio de 1941, en trenes con destino a Baviera, a través de la Francia ocupada. La instrucción duró apenas cinco semanas, pese a que muchos eran civiles y menores de edad. Pero aún les pareció demasiado. «Estaban deseando salir hacia el frente, creían que Rusia estaba a punto de caer ante Hitler y no se lo querían perder», explica el historiador Xosé Carlos Abad.

La deficiente uniformidad y la indisciplina, producto de una legión de civiles, muchos de ellos menores de edad, exasperaban a los alemanes, que expresaban continuas protestas sobre unos expedicionarios que se ponían la camisa azul de Falange sobre el uniforme de la Wehrmacht y, según la queja habitual, «iban siempre con las manos en los bolsillos». «Eran muy jóvenes, chavales de 16 o 17 años a los que les iba más la aventura que la guerra», afirma el coruñés Manuel Arenas, editor, especialista en la época y coleccionista militar. «Lo que yo viví con 17 años no lo ha vivido ni un general de cinco estrellas -resume Ramón Chousa-: íbamos felices, yo de repente me vi tocando la corneta en medio de Rusia? Era increíble; pero al final fue muy duro».

Noticia lavozdegalicia.es

Como os habreis dado cuenta me encanta navegar por internet y mirar por diferentes periocos. y he encontrado esta noticia que creo que os interesara.

La división Azul tema tabu encara hui en dia, nose que pensar jo, pera mi que foren gent enganya per els Franquistes, gent als que els prometerien una bona vida per colaborar en el Eix i despres els Marginaren, per aixo de ocultar la colaboracio amb el Eix.

Sincerament, aço demostra un des tants errors comesos a l´epoca Dictatorial pasada fa 80 anys